NUESTRA REALIDAD ES TRAUMÁTICA


Instalación; GALLO Y LUNA, terracota policromada, fotografía Silvia Jareño

Nuestra realidad se nos desvela de manera traumática. Aparecemos en ella y todo está previsto y organizado sin haber contado con nosotras/os. Todo tiene aparentemente un programa, un “modus operandi”, al que nos vemos obligados a adaptarnos. Está ahí cuando nacemos, e influye inevitablemente en nuestras vidas, condicionándolas; es una situación ineludible. Todo lo que encontramos es el fruto de nuestra evolución como especie social, dentro de un determinado entorno. Para bien o para mal formamos parte de ella, eso nos limita y a su vez nos ofrece, pues estamos vivas/os y avanzamos, nuevas posibilidades dentro de la posición en vanguardia, que como tal dirige el cambio y abre el camino.

El desconcierto es claro, mientras que no nos vamos familiarizando con la situación novedosa. Nos vamos adaptando, amoldándonos a los modos de comportamiento prefijados, estamos desorientadas/os, perdidas/os en cierto modo. Pero no debemos olvidar que la realidad nos posee. Hans-Georg Gadamer hablaba de nuestra pertenencia a la historia, desde un punto de vista que señala el momento vivido como condicionante de la observación. Aún así, teniendo en cuenta las limitaciones de nuestras capacidades temporales, debemos de estar siempre vivas/os, reaccionando y tomando parte en la construcción de un futuro, de una esencia humana, como diría Sartre, intentando dirigir de manera coordinada la de la especie, siguiendo el camino que consideremos más adecuado. Confiando en la vida, que es lo único que tenemos. Con intuición, como diría Henri Bergson; en mi opinión, la intuición también pertenece a la vanguardia, con todas las equivocaciones y aciertos que puede generar, pues de eso trata la evolución y el crecimiento.

Esta tesitura nos encamina directamente a la búsqueda de respuestas, y podemos encontrar algunas adecuadas al momento histórico, o no encontrarlas. Cabe también, la muy corriente posibilidad de adoptar salidas falsas que nos evitan discernir, facilitándonos la comodidad de una solución establecida, sin cuestionarla, y eliminando la carga que genera una duda. Según mi criterio, esta última, es la situación de la que más debemos de huir, siempre hemos de cuestionarlo todo y acoger nuestra propia solución, una solución veraz, que proceda de nuestro interior más intimo y profundo, que esté de acuerdo con él, generada por un proceso de aprendizaje propio e individual, sin menospreciar experiencias externas colectivas.

- Donde hay felicidad, hay creación. Cuanto más rica es la creación, más profunda es la felicidad. - Henri Bergson

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