EL AMOR
SI NO SABEN VOLAR PIERDEN EL TIEMPO CONMIGO. Terracota policromada y material diverso
El Amor nos
pertenece a todos, aunque algunos colectivos hayan querido monopolizarlo a lo
largo de la historia, abanderándolo como invención particular y ofreciéndolo
como remedio propio a todos los males. El amor es el fruto de nuestra evolución
como especie, aunque no me atrevería a decir que poseamos la patente. Entiendo
que lo modelamos día a día, matizándolo con nuestro característico sello.
Estamos definidos por él, nosotros lo vamos esbozando y es nuestra esperanza de
salvación, nuestra apuesta en el tiempo. Como dijo Mahatma Ghandi, - ... la fuerza más poderosa que tenemos. -
Atesoramos
el derecho de influir en su deriva, aunque de ninguna manera poseemos el de ser
gestores ajenos. Su disfrute no es individual sino colectivo, aunque cada ser
humano tiene sus acciones. Utilizarlo activa nuestra genética más antigua, al
igual que activa la del que percibe su ocupación, generando interacciones de
gran fuerza. Intentar definirlo puede ayudar a concienciar sobre su existencia,
ya que con ello pretendemos acceder a sus cualidades esenciales. Entiende mucho de intuición, como lo hacen las/os niñas/os, e ilustrarse en él
es cuestión eminentemente practica.
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