¿EXISTEN LOS MILAGROS?

CALAS, Oleo y acrílico sobre tabla

Un relevo, una paquete de memoria, que cada individuo transporta a través del tiempo, como una maravillosa historia llena de recuerdos identificativos que lo definen. La primera letra común fue puesta con el comienzo de la vida, y las letras y palabras restantes se sucedieron y multiplicaron transportadas mediante el avance temporal, y fueron rubricadas por cada una de las personas que han ido existiendo; las actuales tenemos la pluma en la mano. Somos el fruto del progreso y constituimos su vanguardia, nos toca escribir el capítulo coetáneo de la historia. Todo es evolución, todo forma parte de la vida, desde las actividades que podemos considerar más vitales, hasta nuestra cultura, pasando por los beneficios de la técnica. Por tanto, estas letras son muy extensas y llenas de posibilidades. La propia existencia juzgará su validez al hacerla efectiva, señalará el camino andado y aclarará los nuevos pasos. - Debemos usar el tiempo sabiamente y darnos cuenta que siempre es el momento para hacer las cosas bien. -; dijo Nelson Mandela.

Somos fascinantemente únicos y llevamos con nosotros un legado que nos define y cuyo origen se remonta al comienzo de los tiempos. ¿Cuántas combinaciones de materia básica, energía y tiempo, dentro de un espacio quien sabe sí infinito, serán necesarias para alcanzar una individualidad idéntica a cualquiera de la que nosotros portamos, idéntica a la de cualquier ser vivo?  Entiendo entonces que podamos imaginar milagros. Somos una deslumbrante coincidencia de materia y energía, la cual se intensifica por la secuencia de sucesos personales, relaciones sociales, que nos acontecen durante la vida, y que conforman nuestra personalidad.

Este legado es lo único que podemos abanderar, es nuestra verdad. Dejémoslo a nuestras hijas e hijos bien señalado. Por supuesto, la responsabilidad pasará a sus manos, y su caminar nos conducirá hacia un futuro, ahora lejano e insospechado, pero que sin duda se presentará encauzado.

Como indicaba el filosofo estadounidense William James; - Debemos de actuar como si nuestros actos marcaran la diferencia. -