SOBRE NUESTRA ESENCIA.
Ante la
cuestión de la esencia humana tal y como la entendió Jean Paul Sartre,
posterior a la existencia y carente de definición, pienso que la religión
siempre tiende a tomarla como bandera de guía, (sea esta religión anterior o
posterior al existencialismo), intentando construirla ya que aparentemente
carece de definición. La religión puede reivindicar desde sus orígenes el
intento de construcción de la misma, incluso atribuirse buena parte de su
autoría. Aunque creo que la construcción es tarea de todos, de ninguna manera
de la religión, no es monopolio de ésta, ni fruto de sus acciones ni dictámenes.
Tal como yo
lo entiendo la esencia humana, debería estar concebida dentro del conjunto de
los seres vivos, de los animales y en especial de los mamíferos. Es fruto del
proceso evolutivo que nos ha llevado hasta el lugar presente. El amor no es
monopolio de ninguna religión, no lo ha inventado nadie y lo hemos creado
todos. Es resultado de nuestra evolución como especie con su unión/separación
de géneros. El amor es la esencia que nos debe contener y hacia la que nos
debemos encaminar. No el amor de religión sino el amor natural, fruto del
resultado de dicha evolución como especie. El que en la más remota antigüedad
nos llevaba a compadecernos de otros seres y a ayudarlos, a sentir afinidad por
ellos, el que está relacionado con el afecto y el apego y con el sentimiento de
determinadas emociones que todos conocemos porque forman parte inseparable de
nosotros. Esa debe ser la esencia que construyamos, la que nos ayude a seguir
evolucionando, quien sabe dónde.
Dios no
existe, es un producto generado y utilizado por el ser humano y de ninguna
manera entiendo al dios de las religiones como definidor de esa esencia humana
y porta estandarte de la misma, aunque a veces haya sido su propósito aun sin
ser consciente de ello.
Entiendo al
ser humano como animal y ser vivo, como manifestación muy singular de la
materia y de la energía, que consigue nacer, crecer, reproducirse, mejorarse.
Creo que sus átomos y partículas cuánticas, así como su energía forman parte
del universo y han formado parte de este desde que aconteció y a el volverán.
Tengo la
esperanza que nuestras limitadas capacidades descubran durante su crecimiento
una realidad mucho más compleja de lo que actualmente son capaces de digerir. Y
que por tanto quepa la posibilidad de otras existencias. Siempre guiadao este
conocimiento por un proceso de verificación asumible. Me encantaría comprobar
la existencia de otros universos, realidades paralelas, etc., ahora tan en
vanguardia entre los astrofísicos.
Creo en la filantropia y
creo en el futuro
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