OJO ENJAULADO. Restos
encontrados y terracota policromada.
EL NO QUERER BUSCAR LA VERDAD.
Hay
personas que de ninguna manera quieren encontrar la verdad, al menos una verdad
profunda, se contentan con verdades simples, verdades tales como si es día o
noche, si hoy he estado en tal sitio o no, y a lo sumo alguna verdad algo más
profunda que comprueban de cierta manera que se cumple o que como regla general
les es útil para la vida. Pero a la hora de enfrentarse a grandes mentiras
establecidas se niegan a mirar, se niegan a encontrar, quieren una historia
creada, con un resultado final fijado aunque este resultado sea incierto y
falso. Muchas personas optan por representar un personaje estándar creado, con
mínimos grados de libertad en los que moverse, que se amolda a un patrón
establecido y con el cual no necesitan discernir más allá de materias que
trasciendan de un día a día, más o menos monótono y predecible. Estos márgenes
de libertad son mayores en algún caso y menores en otros, pero están ahí, los
temas trascendentales vienen fijados desde fuera. Este proceso es muy cómodo y
seguro, pero elimina la libertad, elimina la angustia, como diría un
existencialista.
El
descubrir algo verdadero, es realmente maravilloso, el no poder comprender algo
es un reto, que a veces no podemos superar, pero el aceptar una mentira es
decepcionante y triste, y además en muchos casos un verdadero delito para los
que la generan.
A
veces inventamos mundos fantásticos color de rosa o accedemos a otros
inventados, en los que nos sentimos felices, ésto puede resultar útil, calmar
determinadas sensaciones o ayudar a sobre llevar determinados estados de animo
o aflicciones, pero de ninguna manera deja de ser mentira y conlleva todo lo
que la mentira trae.
Por
cierto, ya lo he dicho en otras reflexiones me encanta SOÑAR y hacer uso de
sueños, lo necesito es fantástico, pero odio el engaño.
Comentarios
Publicar un comentario