SABIDURIA 2/3. Terracota policromada.

ANARQUÍA.

Yo entiendo la anarquía como una rebeldía personal necesaria, ya que de no existir dejaríamos de ser libres y la norma estaría siempre por encima de la persona, cosa que no debe ser. No entiendo la anarquía como una ideología revolucionaria, ni mucho menos violenta para conseguir una ausencia de ley y de órganos de poder y por supuesto no impuesta. La anarquía que entiendo debe de nacer individualmente en el interior de cada persona como fruto de una búsqueda interior y personal de la verdad, una verdad que hace libre y equilibra a la persona. A la anarquía tradicionalmente se la considera utópica, pero para mí este enfoque anarquista personal o individualmente planteado no lo es, es más, lo considero necesario. De todas maneras las ideas utópicas han dado como resultado los mayores logros de la humanidad, volar hace un número determinado de años era una utopía y hoy en día es una realidad, aunque posiblemente diferente a la soñada.

Una película que me inquieta es “los intocables de Eliot Ness” ya que describe un personaje que en el momento de la “ley seca” estadounidense, desencadena una guerra contra el trafico de alcohol, en la cuál se matan numerosas personas por ambas partes. Al final de la película le preguntan al protagonista, Eliot Ness; ¿Que habría hecho usted si la ley hubiera sido otra?. ¿Si se permitiera la venta de alcohol?. A lo que él responde; que habría hecho otra cosa. Esta persona representa en la película lo contrario a lo que yo aspiro con mi anarquía. En un momento dado no se puede matar a nadie porque no se pueda vender alcohol y al día siguiente hacer lo contrario porque el alcohol sea legal, eso no es valido, eso es tremendo, eso es una realidad que se ha ido repitiendo cada día a lo largo de la historia con muchas caras, pero siempre jugando con la persona, con el individuo de manera injusta a favor de un colectivo abstracto generado quién sabe por quién y siempre dañando los derechos individuales de la persona. Piensese igualmente en las leyes de Nuremberg o en muchas otras que han surgido a lo largo de la historia y contra las que sólo se posee esta anarquía individualista de la que hablo. De las utopías irrealizables salen realidades maravillosas. Todo esto me recuerda a lo que Oscar Wilde decía en su libro “el retrato de Dorian Gray”,…”La moralidad moderna consiste en aceptar las normas de la propia época. Pero yo considero que, para un hombre culto, aceptar las normas de su época es la peor inmoralidad.”


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