LA EVOLUCIÓN VA LIGADA INSEPARABLEMENTE A LA EXTINCIÓN.

Si no somos capaces de liberar plenamente el pasado, jamás podremos alcanzar un futuro adecuado. El pasado puede legarnos importantes valores materiales o inmateriales, en forma de cultura y de recuerdos que nos enriquecen. De ninguna manera debe pesarnos como una carga que nos dificulta la vida. A veces es necesario dejar morir algo para que un reflejo suyo viva plenamente en nuestro interior. Esta postura no ha de confundirse con cobardía, ni con irresponsabilidad, pero si con sabiduría y buen hacer, con la capacidad para evolucionar adecuadamente. Es la única manera de alcanzar un buen equilibrio que este cercano a lo que se puede entender por felicidad. Miguel de Unamuno abrazaba el sufrimiento como única manera de llegar al amor. Buda, era consiente al igual que Unamuno del sufrimiento humano, pero no lo abrazaba, trataba de eludirlo mediante el desapego. Creo que cada cosa ha de estar en un su sitio y en su momento, aunque lo difícil es averiguar cuales son éstos. A veces es tiempo de llorar y otras es tiempo de reír, las dos cosas necesariamente hemos de hacerla, se trata de experimentar la vida, de comprenderla, asimilarla y transformarla en sabiduría. En cualquier proceso evolutivo se pierden caminos cuyos posibles finales no conocemos, se trata simplemente de una ley natural. La vida nos cierra puertas pero igualmente nos abre constantemente otras, saludemos a las que se nos abren y dejemos atrás las que se cerraron.