SOBRE EL NACIMIENTO DE UN
HIJO.
El nacimiento de un hijo
le da sentido a la vida, un sentido natural, dentro del mundo limitado que como
humanos podemos abarcar. En él se concentra toda la simplicidad de lo
verdadero, la verdad sencilla, eterna, la que habita en nuestro interior y que
después se ensombrece, se contamina, se complica al crecer y que con la
sabiduría que vamos adquiriendo durante la vida podemos volver a descubrir poco
a poco. Con una mirada suya todas las penas se olvidan, con un gesto suyo
desaparece cualquier nube de tormenta, con una sonrisa suya un rayo de luz
revitalizante inunda tu corazón y dudas incluso de la inexistencia de lo
divino, pues crees que tienes un trozo del cielo en tus manos, un milagro que
puedes sentir. Tu vida cambia y tu cambias,… es imposible que tu vida pueda ser
la misma, ni tú puedas ser el mismo.
¡Qué verde, qué verde,
qué verde es la oliva¡ Porque tú siempre eres bonita. (Escrito por Carmen de la
Torre Luna, 8 años).
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